El almohadón de plumas y los pequeños terrores
cotidianos
¡Feliz viernes, personas de 3°A!
¿Están por ahí?
La semana pasada estuvimos
proponiendo una encuesta para saber qué les causa miedo, pavor, susto, terror y
una fe instantánea en todas las divinidades a nuestros allegados. ¿Cómo les fue
con eso? ¿Vieron que hay quienes se asustan con cosas visibles (los perros
malos del vecino, por ejemplo) y quienes se asustan con cosas invisibles (los
fantasmas)? Hay quienes se asustan con cosas imaginarias, como los monstruos, y
hay quienes se espantan ante cosas bien concretas. El miedo, el susto, el
terror, son parte de nuestra condición humana.
A veces, nos asustan los
monstruos: enormes, horripilantes, inimaginables bestias de nuestra creación
mitológica personal y social. Pero otras veces, y este es el caso del cuento
que compartiremos hoy, el terror tiene una forma pequeña, común, casi
invisible. El terror, en ocasiones, es tan pequeño como un bichito.
“El almohadón de plumas” es un
cuento del escritor Horacio Quiroga (el mismo autor de Cuentos de la Selva
¿Se acuerdan de “La tortuga gigante” y de “Las medias de los flamencos”?), que
fue convertido en una pequeña película de stop motion por el realizador chileno
Hugo Covarrubias. En él se relata la historia de un matrimonio de recién
casados a los que el terror los visita de una forma sutil, pequeña y mortal.
“El almohadón de
plumas” (H. Covarrubias, 2007)
¡Choque de codos para
todes, todas y todos!
Profe Sergio.-
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